sábado

Enlatar el tiempo en gramos

Una, dos, tres, continúa. Cuatro, cinco, seis, constante. Siete, ocho, el tiempo no se para. Las horas pasan, los minutos corren, los segundos desaparecen. Y cuando te quieres dar cuenta estás empapada, calada hasta los huesos y tiritando. Asfixiada, con el cruel viento golpeándote en el estómago. Mendigando por un abrazo que descongele tus costillas. Parece que el tiempo se congela, pero este no es compasivo, por mucho que tú te pares, el jamás parará contigo. Sigue avanzando, nueve, diez, once. Y decides que no aguantas más, decides caer, tirarte sobre la dura piedra que forma el suelo, el frío entumece todo tu cuerpo y crees sentir que te vas haciendo más pequeña. Las lágrimas son cálidas comparadas con el gélido mundo que te rodea. Doce, trece, catorce. Te da la sensación de que la vida se te escapa lentamente por cada poro de tu piel, pero sin embargo, sigues ahí. Sigues ahí porque aunque estés calada, aunque te encuentres tiritando, aunque el frío duela como una bofetada y el viento azote tu cuerpo entumecido, tú eres más fuerte que todo eso. Tú eres más fuerte que todo. Que le den al que dijo que el corazón no aguanta más y que incluso se puede romper. El corazón sigue latiendo, ahí está, aguantando porque es más fuerte de lo que cualquier mediocre pueda hacerte creer. Así que has de estar dispuesta a continuar, a no pararte, porque el mundo sigue girando, y las manecillas del reloj siguen avanzando.

2 comentarios:

  1. Gran post Ciclotímica, me gusta tu Blog, es un gusto pasar por aquí.
    Un gran saludo desde:
    http://leyendas-de-oriente.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  2. Este texto es amor. Me encantaron muchísimas frases que hablaban del frío. Es muy bueno.
    Un beso y te sigo:)

    ResponderEliminar