viernes

Besarte lento, matarte rápido. Eres una contradicción

Fuera está lloviendo y el termómetro marca bajo cero. La calefacción parece no dar resultado, mi corazón sigue rodeado de hielo. Joder, putas ganas de abrazarte. De estamparte, de devolverte el daño, de que te sientas solo, como yo. De besarte, de amarte, de hacerte feliz, de darte calor con mi mano enlazada a la tuya. Y sin más tirarte por un precipicio para que caigas de bruces contra el suelo, y yo contigo, siempre contigo. Morderte el alma, y el labio. Esta sensación me mata, pero desde que la siento estoy más viva. La manera con la que juegas delicadamente con tus manos mientras me miras y descubres que podrías hacer cualquier cosa conmigo. Ya lo haces, de hecho. Odio la manera en la que un insulto o una sonrisa determina cómo será mi día de ahí en adelante. Odio estar controlada. Eres sin duda el más imbécil de todos los chicos que me han sonreído, eres el imbécil por el que me dejaría besar. Por el que quiero ser besada. 

¿Ilusionada? Pronto estampada. Sola.

1 comentario: