lunes

Como un león que ruge siendo mudo

Echo la mirada hacia atrás, intentando descubrir qué es lo que me hizo posar mis pupilas en las tuyas, con cautela. Quizás fue tu voz, el tono con el que mejor suena un saludo, o con el que mejor suena cualquier cosa. Tal vez tu sonrisa, sí, definitivamente, fue la sonrisa. Tímida, cohibida, sincera. Puede que me identificase con ella, puede que de alguna manera sintiese la necesidad de formar parte de ese cóctel de sensaciones que me producía verla. De alguna manera creí que mi silenciosa personalidad encajaba a la perfección con el rápido batir de tus pestañas. Y sigo aquí, de puntillas, intentando no pasar desaperdibida, intentando hacer ruido con zapatos de algodón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario