Algún día, cuando las flores del jarrón de cristal comiencen a dejarse llevar por el viento, y la luz se esconda tras los ojos de miradas cansadas. Algún día, cuando los colibríes decidan que es hora de emigrar, y las nubes abran el telón que cubre al Sol. Algún día, cuando el trébol de cuatro hojas decida salir de su escondite, y la lluvia quiera acariciar tus pestañas. Algún día, mientras continúas con tu vida. Algún día, mientras decides qué tomar para desayunar. Algún día, mientras, me echarás de menos.
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