Afiladas las uñas que juegan con nuestra existencia. Cuidado con que se te claven.

Tengo los pies fríos y el corazón en un puño. 

Los bolsillos vacíos y la cara empapada. 

Tengo a la soledad llamando al telefonillo todas las tardes y a la muerte pisándole los talones a mi familia. 

Tengo miedo.

Cuando todo tu mundo pende de un hilo y las afiladas agujas del reloj amenazan con cortarlo, cuando te encuentras haciendo equilibrios en la grieta que podría romperlo todo, te das cuenta de que lo verdaderamente importante no es absolutamente nada sobre lo que puedas estar pensando durante horas, comiéndote la cabeza. 

Cuando tu padre te abraza muy fuerte con miedo de que sea la última vez que lo haga, o cuando tu hermano te susurra a la oreja que todo va a ir bien, te das cuenta de que lo verdaderamente importante es el aquí y el ahora. El quererse. El querernos.

Porque hasta ahora solo he conocido una cosa que pueda calmar mi angustia: el abrazado de alguien que de verdad quiere que deje de llorar y echa de menos mi sonrisa.

"¿Cómo es tener depresión? ¿Podrías describir la sensación?"

"Es como ahogarse. Pero puedes ver cómo todos a tu alrededor respiran"

-Anónimo

Ojalá todo volviese a ser como antes,

 algún día, mamá.