viernes

Y las diminutas sonrisas imperceptibles que esconde tu mirada

Cuando las aves decidan hacerme un hueco en el cielo, y las hojas de los árboles bailen con la brisa al compás de mis pisadas. Y sin más saltar al vacío con la incertidumbre de qué pasará después, sin calcular nada, viviendo aquí y ahora. Con el tiempo te das cuenta de que no importa nada más que rodearte de gente que te quiera, que luego lo demás viene solo. Hoy miro por mi ventana, igual que ayer, igual que el otro día, y al otro. Puede que seas de los que no entienden por qué sigo asomando mis ojos si sé que el paisaje no va a cambiar. Al fin y al cabo hay muy poca gente que entiende que el paisaje no es lo importante, si no la forma de mirarlo.

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