sábado

Vomitar las esperanzas tragadas estos años

Pensé que la gente que padecía esta enfermedad era débil. Pensé que su cuerpo era frágil y su mente irresponsable. Ahora sé que lo que les ocurre es que no se quieren lo suficiente, que padecerla es todo cuestión de suerte, allí donde la vida te trató mal las heridas en tu cuerpo sangran sin cicatrizar. La enfermedad se apodera de tu mente, de tu cuerpo, de tu estómago. Y donde creías ser la dueña de tus pensamientos ahora vomitas cada vez que no te encuentras a ti misma.

1 comentario:

  1. Encontré el blog por casualidad, te sigo porque me encantó. Escribes de película.

    Y cierto es, que cuando se nos viene un problema grave encima como una enfermedad, nos despreciamos solo por el hecho de cargarla. Pero yo pienso que esas personas tienen mucho méritos, si luchan.

    Besos, www.smileandwomanocry.blogspot.com

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