sábado

Y cuando te despides para irte a casa, te quedas solo.

Despierto por la mañana y mis pies se adaptan al frío suelo. Sé que hoy será otro día más, igual que ayer y probablemente igual que mañana, la rutina se convirtió en mi mejor amiga por acompañarme a todos lados.  Otro día en el que mucha gente me sonreirá y hará que la curva de mis labios se tambaleé y finalmente forme una  sonrisa. Esa mucha gente que hace que sonría sin ningún motivo cuando ando en grupo por la calle. Pero también otro día en el que me usarán y luego me olvidarán hasta que me vuelvan a necesitar. A veces me siento insignificante en la vida de las personas que más llenan mi vida, y ya no sé qué duele más, si la soledad que siento al irme a dormir o eso.

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