sábado

La chica de vidrio.

Es una chica mona, pero no es preciosa, tiene unos ojos grandes y profundos, pero no son de otro mundo, su pelo tiene un color bonito y es brillante, aunque nadie repara mucho en ello. Es una chica mona, sí, y probablemente sea más que eso, pero prefiere esconderse entre el montón. Sus carcajadas están hechas a prueba de sordos y sus sonrisas a prueba de ciegos. Tiene un cajón en su escritorio a rebosar de complejos, y le gusta escuchar música selecta mientras anda. Parece sencilla, y en parte lo es, pero tiene partes muy complejas a las que no les gusta la luz. La forma en la que le tiembla el labio inferior es su forma de defensa contra lo que no puede parar con las manos. Parece una chica de cristal, a punto de romperse, y de hecho es verdad, se rompe constantemente pero siempre vuelve a juntar sus diminutas piezas y se reconstruye, como el vidrio. Algunas veces le cuesta más y otras menos, pero siempre se levanta y vuelve a continuar, aunque la siguiente rotura esté asegurada.

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