sábado

Mil lágrimas.

Lloraré hasta que se me sequen los ojos y hasta que el corazón me diga que no puede más. Lloraré hasta que el alma me suplique descanso y cuando la garganta queme de tanto gritar. Hasta que los ojos sean de corcho y hasta que el cuerpo entero me diga que no lo soporta más. Lloraré hasta que la cabeza se desconecte de mis hombros y deje de pensar. Lloraré hasta que no me queden lágrimas que llorar...Y en el fondo sé que es mentira, que aun así seguiré llorando.


 Mi abuelo siempre dijo que llorar es bueno, parece que limpia los ojos, pero en realidad limpia el alma.

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