sábado

Y te caes, y sigues cayendo.

Y no queda otra que echar mano de la última gota de voluntad y levantarse. Aunque también es cierto que hay caídas que duelen más que otras, pero la peor de todas es cuando no notas el suelo, caes y caes, como en un pozo o como en un agujero negro. Y la incertidumbre de no saber cuándo te estamparás contra el suelo, cuándo tu cuerpo estallará en un ruido sordo no hace que la caída sea más llevadera. Así que ahí estás tú, sin poderte aferrar a nada y cayendo cada vez a más velocidad sabiendo que a cada segundo que pasa el suelo está más cerca.

2 comentarios:

  1. Madre mía, tienes un blog genial, unas entradas suuuuper bonitas y.. y... y es que me encanta :DDDD
    Que sepas que tienes, ya no solo una seguidora, sino una lectora de tus entradas, y que si te apetece (por que yo no te voy a obligar) te pasas por aquí; http://lovenoiprefervodka.blogspot.com/
    <3333

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias Nuria, comentarios como el tuyo son los que hacen que esto merezca la pena de verdad. No tienes idea de la ilusión que me hace que no solo disfrute yo escribiendo, si no también vosotros leyendo. (:
    Por cierto, me encanta tu blog, escribes muy bien. Un besote enorme <33

    ResponderEliminar